La casa de Bernarda Alba

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La casa de Bernarda Alba es una obra de teatro de Federico García Lorca que se escribió en 1936, aunque hasta 1945 no se vio representada en un escenario.

Resumen

La señora Bernarda Alba es viuda por segunda vez a sus 60 años. Tiene cinco hijas a las que quiere imponer un luto de ocho años, pero la mayor tiene 39 años y la más pequeña 20, lo que significa que están en edad de merecer. La mayor de ellas, Angustias, está siendo pretendida por un chico del pueblo, pero este chico desata pasiones entre las mujeres.

Personajes

Bernarda Alba: Es la matriarca de la familia. Es una mujer muy dura y tirana; por encima de todo le importan las apariencias.

Poncia: Es una criada que ha estado muchos años al servicio de la señora Bernarda. Su madre fue prostituta, por lo que el trabajo en la casa de la señora Bernarda es prácticamente un privilegio.

Angustias: De 39 años, es la hija mayor de Bernarda Alba.

Magdalena: 30 años. Es menos sosa que Amelia, pero es un personaje sin chispa. Es la que más quería al padre.

Amelia: 27 años. Es la hija más tímida y asustadiza de las cinco.

Martirio: 24 años. Está muy resentida y traiciona a su hermana. Tuvo la oportunidad de casarse con un chico del pueblo, pero su madre no dio el visto bueno.

Adela: 20 años. Es la más rebelde. También es la más joven y, al ver el camino que llevan sus hermanas, intenta transitar otro camino, aunque en su caso sea fatal.

Resumen extenso

Acto 1

Se inicia con la muerte del segundo marido de Bernarda Alba. Las campanas están doblando por el finado y, mientras tanto, las dos criadas de la casa, la Poncia y otra, hablan sobre la dureza de la patrona. El pueblo va a casa de Bernarda a dar el pésame, aunque a ella no le gusta nada por las molestias que le causan.

Las hermanas hablan sobre la herencia que les ha dejado el padre. La que mejor sale parada es Angustias, la mayor, por ser primogénita. Además, tiene la suerte de que Pepe el Romano la pretende. Evidentemente, el chico, que tiene unos 25 años, está interesado en ella por el dinero. La madre les impone a las hijas un riguroso luto de ocho años por la muerte del padre, lo que significa que tienen que bordar y permanecer en casa la mayor parte del tiempo sin poder hablar con hombres, excepto Angustias, porque su matrimonio puede estar cerca.

Adela, la hija más rebelde, libera a la abuela, María Josefa, que está encerrada porque se le va la cabeza. La pobre mujer se encara a Bernarda y le dice que quiere casarse para largarse de allí. Todas se ríen de la pobre vieja.

Acto 2

Todas las hermanas, salvo Adela, están cosiendo el ajuar para la boda de Angustias. Adela no duerme bien y tiene dolores de tripa. Se comenta que Pepe el Romano y Angustias se ven en la reja y aquel se marcha a su casa alrededor de las 12 y media, pero la Poncia y Martirio, que es una chica muy envidiosa, saben que se va más tarde.

Más adelante, Angustias sale hecha una furia porque alguien le ha robado una fotografía de Pepe que guardaba debajo de su almohada. Desde luego, todas las papeletas las tiene Adela, pero ha sido otra la hermana que se la ha escondido: Martirio. Ella dice que simplemente quería gastar una broma, sin ningún tipo de malicia. Pero Poncia sabe que entre las chicas hay rencores pasados y las hormonas y el deseo mal llevado les juega muy malas pasadas. Además, Martirio estuvo pretendida por un chico de la familia Humanes, pero el cortejo no prosperó porque la madre no dio el visto bueno.

El acto se cierra conociendo la falta de una muchacha del pueblo, que está embarazada sin estar casada, lo que incendia la opinión pública. Adela es la única que suplica clemencia para ella.

Acto 3

Una vecina se apunta a una cena en casa de Bernarda Alba y le pregunta a Angustias cómo le va la boda. Después de la cena, la madre le pide a Angustias que hable con Martirio sobre lo ocurrido con el retrato para que hagan las paces. Alguien le pregunta a Angustias si esa noche va a ver a su prometido, pero ella dice que no está en el pueblo.

Esto es, obviamente, mentira. Adela tiene ganas de quedarse toda la noche fuera alegando su fascinación por los astros, pero Bernarda manda a todas las chicas a dormir. Las criadas se quedan hablando, como en la primera escena, sobre los sucesos de la casa, los amoríos, los comportamientos de las chiquillas... hasta que Adela las interrumpe. No esperaba que ellas estuvieran despiertas, pero se excusa en que tenía sed. Aún así, sale al exterior. Martirio, sigilosamente, va detrás de ella.

Y se descubre el pastel. Adela vuelve con el pelo revuelto y las enaguas manchadas, lo que desata la ira de Bernarda Alba que pide una escopeta para matar a Pepe. Adela sale corriendo y se encierra en el corral, donde se suicida. Su madre la encuentra e insiste que su hija ha muerto virgen.