Una mujer con imaginación

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Una mujer con imaginación de Thomas Hardy.

Este relato también se ha traducido como Una mujer soñadora.

Resumen

Este relato de Thomas Hardy se publicó en 1888. Trata sobre una mujer infeliz en su matrimonio por la brecha intelectual entre ella y su marido. Ella tiene un carácter sensible, inclinado a la poesía. En sus vacaciones de verano descubre que la casa que han alquilado estaba ocupada anteriormente por Robert Trewe, un poeta que le provoca admiración. Ella se enamora de él a pesar de no conocerlo y vive una fantasía en su imaginación que se ve truncada por un final trágico.

Personajes

Ella Marchmill: Es la mujer protagonista de la historia. Es madre de tres hijos, está casada con un hombre de buena posición y es, en general, desdichada. Escribe poemas con pseudónimo de hombre, pero la crítica no la recibe con grandes alabanzas. Se enamora de Robert Trewe, su principal rival.

William Marchmill: Es el esposo de Ella. Le ha ido bien en la industria armamentística y puede costearse una buena casa. Quiere a su esposa como se quiere a un mueble. No es un hombre celoso, tampoco aparece retratado con inteligencia, sino, más bien, práctico.

Robert Trewe: Es un poeta que vive en una melancolía perpetua. Solo lo conocemos por descripciones a través de su casera, un amigo o una foto. Este personaje nunca llega a tener un diálogo ni un encuentro con Ella. Está fuertemente idealizado.

Mrs. Hooper: Es la casera. Es una buena mujer, algo chismosa, que proporciona a Ella toda la información que necesita.

Resumen extenso

El matrimonio Marchmill se dispone a pasar unos días de vacaciones en Solentsea y para ello quieren alquilar una casita. Mrs. Hooper tiene una ideal para la familia, pero dos habitaciones permanecen todo el año alquiladas a un caballero. Los Marchmill tienen que meditarlo porque con los niños y la niñera necesitarían toda la casa; sería incómodo estar con otro inquilino, por muy amable que sea este. Mrs. Hooper les termina informando de que su inquilino les cede las dos habitaciones porque se va a pasar un par de semanas a otra parte para airearse, así que, finalmente, los Marchmill se quedan en la casa de Mrs. Hooper.

Ella Marchmill usa una de las habitaciones del inquilino como despacho porque descubre que hay muchos libros. La casera le informa de que el joven caballero es un poeta y le revela que se trata de Robert Trewe. A Ella esto le causa una gran impresión, pues, en una ocasión, mandó un poema a una revista con su pseudónimo John Ivy y salió publicado en la misma página que otro de Robert Trewe. Desde entonces, Ella siguió la pista de Trewe y descubrió un poeta muy emotivo que la superaba por mucho, aunque esto no la desalienta, sino que la estimula a competir con él. Sin embargo, sus deberes domésticos no le permitireron desarrollar del todo la vena poética y lo dejó. Ahora en contacto con esa habitación, la emoción por la poesía la envuelve.

Poco a poco va averiguando cosas de Trewe. Bien a través de la casera, que no tiene reparos en ofrecerle detalles del joven poeta, bien a través de sus libros. Ella está un poco distraída con respecto a su esposo, pero este no repara en el estado de su mujer porque pasa todo el tiempo que puede fuera de casa solo por el placer de hacer actividades. Los niños son cuidado por la niñera, así que Ella puede entregarse a su fantasiosa pasión. En un momento, Mrs. Hooper le dice que el señor Trewe tiene que visitarla un momento para coger unos libros y esto pone nerviosa a Ella, que se muere de ganas por conocerlo. Pero el encuentro nunca llega a suceder, pues Mrs. Hooper informa a Ella que su inquilino ya tiene lo que necesita y no va a pasar por la casa. Hay un segundo connato de visita que también se trunca. Trewe no llega nunca a dejarse ver mientras Ella está en la casita de verano. La mujer, mientras tanto, va descubriendo particularidades del poeta, como que escribe versos sueltos en la pared que hay al lado de su cama o una fotografía donde aparece con ojos melancólicos y un gran bigote.

Como los negocios de William Marchmill van bien, se mudan a una nueva casa más grande. Ella todavía se siente insatisfecha con la situación, así que decide escribirle una carta a Robert Trewe, pero utiliza su sobrenombre masculino para comunicarse con él. Revela su admiración por su poesía y manda sus saludos. Trewe no tarda en contestar afirmando que no conoce muy bien el trabajo de Ivy, pero estará más al tanto en el futuro para reconocer sus poemas y poder interpretarlos. Las cartas se suceden, aunque Trewe no parece entusiasmado con su admirador. No sospecha que se trata de una mujer.

En una cena que mantiene Ella con su esposo y un amigo de este que es editor, surge Robert Trewe como tema de conversación. El editor dice que está viajando con su hermano, por lo que Ella decide invitar a los dos a su casa con el consentimiento de su marido, que aprueba el gesto sin intuir las intenciones de Ella. El caso es que el día de la visita llega, Ella se prepara con un vestido nuevo y... Trewe no se presenta, solo el hermano del editor. La mujer se queda desolada, pero atiende a la visita tan bien como puede y, cuando consigue que se vaya, se marcha al cuarto de los niños a llorar.

Unos pocos días después, lee en el periódico una terrible noticia. El poeta Robert Trewe se ha suicidado. En una carta a un amigo revela que se siente solo, que no hay ninguna mujer que lo comprenda, no tiene un alma gemela. Ella se queda en shock, pero reacciona pronto y le pide a la casera que le envíe la foto de Trewe y un mechón de pelo. Mrs. Hooper accede. En un momento de desolación extrema, Ella deja su casa y se va a Solentsea para acudir al entierro del caballero. El marido sí percibe este detalle y va a buscarla. Ni siquiera se muestra celoso del todo, solo contrariado por la actitud de su mujer.

Más adelante, Ella pare a su cuarto hijo e intenta confesarle a su marido que entre ella y Trewe nada ha ocurrido, pero muere antes de hacerlo. El niño crece en la casa sin madre. Unos años después, cuando el marido está limpiando la habitación para recibir a su segunda esposa, encuentra el mechón del pelo de Trewe y su foto. Coge al chiquillo y compara los colores de cabello: determina errónamente que el niño es hijo de Trewe.

Otros aspectos

Este relato se puede encontrar en el volumen de "Cuentos completos" de Thomas Hardy que ha publicado la editorial Alba.