Tartufo

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Tartufo de Molière


ANÁLISIS DEL TARTUFO DE MOLIÈRE

Obra de Jean Baptiste Poquelin, de nombre artístico “Molière”, escrita por vez primera, en versión inacabada, en 3 actos y en verso, en 1664 y representada ante la corte en Versalles en el contexto de fiestas cortesanas. Inmediatamente es prohibida y sólo obtiene autorización para ser leída y representada en privado. Tras varios intentos de su autor, consigue finalmente ser autorizada para representarse en público en 1669, ahora ya en su versión definitiva, en 5 actos y en prosa.

El contexto histórico en el que se encuadra la obra y su autor es el s. XVII, el “Grand Siècle” (Gran Siglo) francés; en concreto, su segunda mitad, marcada por la monarquía absoluta de Luis XIV, el “rey sol”. Es un tiempo de tensiones políticas internas (en 1650 tiene lugar un intento de rebelión de algunos nobles contra el rey, que es reprimida); de equilibrios de poder en el exterior (contra el Imperio español y en alianza con Inglaterra) y de tensiones con la Santa Sede de Roma.

En concreto, con la jerarquía católica las tensiones venían de atrás, ya que la monarquía francesa se había negado en el Concilio de Trento al establecimiento de la Inquisición en su territorio, lo que había llevado a Roma a alentar la instalación de sociedades secretas para la defensa del catolicismo frente al protestantismo. Una de ellas, con fuerte presencia en las capas altas de la sociedad francesa, es la Compañía del Santísimo Sacramento, presente en Francia desde 1629.

En el campo ideológico, asistimos en Francia al desarrollo del Racionalismo, con las obras filosóficas de Descartes y Pascal. Estas ideas tienen su reflejo en la literatura francesa de este tiempo, que vuelve sus ojos hacia el Clasicismo, imponiendo de forma férrea los modelos y la normativa griega y latina, especialmente en el teatro. Dos grandes dramaturgos destacan en este tiempo, poniendo sobre los escenarios tragedias al estilo clásico: Corneille y Racine.

Estamos, por tanto, en un contexto ideológico y artístico que, despreciando las formas populares, instaura un arte para élites, basado en la recuperación de los valores clásicos. El propio autor insistirá repetidamente en el tema e intención de su obra: la crítica de los falsos devotos, de los hipócritas que se presentan bajo la apariencia de personas con fuertes valores cristianos y que esconden otros intereses. De este modo pretendía Molière, al crear un cuadro de costumbres de la época y una obra satírica, darle un significado moral y erradicar uno de los vicios de la sociedad francesa de su tiempo.

El devoto fue un tipo social presente en Francia desde principios del s.XVII. Gozaba de gran influencia en la sociedad francesa, ya que se movía en el seno de familias que gozaban de poder político y económico con la intención de asesorarlas en la conservación de las costumbres.


Resumen de Tartufo

Por lo visto Mariana tiene previsto ya el enlace con su amado, el joven Valerio. Pero he aquí que Orgón, un adinerado señor residente en París, padre de Mariana, pretende casarla con Tartufo, un personaje que destaca por su falsedad y por su hipócrita devoción y aparente virtud. Se lo comunica, lo cual, naturalmente desagrada a Mariana y a todos los demás, ya que Orgón y su madre son los únicos que creen verdaderamente que el señor Tartufo es persona de bien: el resto piensa que es un sinvergüenza muy peligroso. El caso es que Valerio se entera del futuro casamiento y, claro está, se enfada con su enamorada. Por suerte siempre está ahí Dorina, la doncella de Mariana, para arbitrar la situación. Ésta, a su vez, intenta persuadir a Orgón de su idea, sin éxito.

La noticia de la posible unión entre Mariana y Tartufo causa tal conmoción que Damis, hijo de Orgón, Cleanto, cuñado, y Elmira, esposa, también hablan con Orgón para convencerle, pero está tan entusiasmado con su querido amigo Tartufo que hace oídos sordos. Conscientes todos de que es imposible hacer que olvide su admiración por el perverso devoto, deciden montar una comedia, aprovechando que, casualmente, Tartufo había confesado su amor a Elmira, la mujer de su propio protector, haciendo gala de su bajeza. Cuando esto ocurrió, Orgón se apresuró a concederle a su protegido todos sus bienes, indignado por las acusaciones que Damis hacía del malvado y por la dramática actuación que realizó éste para parecer inocente.

Orgón pues, se esconde bajo la mesa a indicaciones de su esposa, y espera a que llegue Tartufo y vuelva a hacer sus desleales ofrecimientos. Elmira “tira de la lengua” del impostor, pero, astuto él, se muestra conservador y no hace caso al principio. Afortunadamente, y no sin ser necesario que Elmira llegue a provocarle, el innoble hace muestras claras de correspondencia. En vista de esto, por fin se convence Orgón, que se ve muy afectado y se da cuenta de su gran error cuando quiere echar a Tartufo.

Llega al rato pues el infame y pretende expulsar a todos de la casa por la vía legal, mas es detenido entonces por la autoridad, que al parecer, llevaba buscándolo desde hacía tiempo por fraudes como ese.


Estructura de Tartufo

La estructura externa de la obra se presenta en 5 actos:

ACTO I- Debate de los personajes sobre Tartufo.

Los personajes aparecen en escena hablando sobre Tartufo: unos (Madame Pernelle y su hijo Orión) elogiándolo como un hombre íntegro y sincero, que sólo quiere el bien de la familia y otros ( Elmira la segunda esposa de Orgón, Cleanto, su hermano, Mariana y Damnis los hijos del primer matrimonio de Orgón, junto con Dorina, la criada de la casa) criticando que es un personaje oscuro, del que no saben más que fue recogido como un mendigo en la calle y que pretende imponer su voluntad sobre toda la familia, aprovechando su gran influencia sobre el padre de la familia.

ACTO II- El conflicto y la intervención de Dorina.

Orgón anuncia a su hija Mariana que ha decidido su boda con Tartufo y que no le deja opción ninguna a oponerse a ella. Dorina, la criada, ante la aceptación resignada de la joven, se enfrenta a su amo para intentar demostrarle que su decisión es equivocada y odiosa, llegando a sacarle de quicio. Llega Valerio, el prometido de Mariana y discuten a propósito de la decisión de Orgón, generándose un conflicto que Dorina promete resolver.


ACTO III- El complot de la familia para descubrir a Tartufo.

Dorina aconseja que sea Elvira, utilizando la atracción que ejerce sobre Tartufo, la que intervenga para resolver este conflicto de la boda de Mariana. Entra en escena Tartufo, que desde el primer momento se muestra como un hipócrita ridículo, que se escandaliza por el escote de la criada. Tartufo, al llegar Elmira, le declara su atracción y le propone relaciones adúlteras. Elmira lo rechaza, proponiéndole no decirle nada a su marido si Tartufo no acepta su boda con Mariana. Pero esta escena ha sido vista por Damis, que no acepta el trato y decide acusar a Tartufo ante su padre. Éste se muestra incapaz de creer la acusación y se vuelve contra su hijo, expulsándole de la casa, convencido por las excusas de Tartufo, que se muestra como una víctima falsamente acusada de un delito no cometido.


ACTO IV- El protagonismo de Elmira, la mujer del sentido común.

Ante la obcecación de Orgón, completamente convencido de que todos los miembros de su familia han tejido un complot contra Tartufo, en llevar a cabo la boda, Elmira le propone que pueda ver con sus propios ojos el verdadero fondo de Tartufo.

Orgón acepta, escondiéndose debajo de una mesa para escuchar una conversación privada entre su esposa y Tartufo. En ella, el hipócrita se muestra como realmente es: un hombre sin escrúpulos que exige lo que quiere y que considera a Orgón un imbécil que controla por completo.

Orgón toma conciencia de su error y echa a Tartufo de su casa, expresando que de ahora en adelante no se va a fiar jamás de los devotos, ante lo que interviene Cleanto haciéndole ver que es un hombre de extremos.


ACTO V- La resolución de la situación

Tartufo sale de la casa, pero utiliza una información comprometida que Orgón tenía para denunciarle ante el rey por conspiración, vengándose de él a la vez que hace valer el documento de donación de sus bienes.

Damis regresa a la casa para ayudar a su padre y también Valerio, el antiguo prometido de Mariana, ofrece su ayuda. Incluso Madame Pernelle, aunque se resiste, acaba aceptando que Tartufo les ha engañado.

Aparece el ujier M. Leal, hipócrita al servicio de la ley, que viene a ejecutar el embargo de la casa y la detención de Orgón. En ese momento aparece un oficial de policía que anuncia la detención de Tartufo, pues el rey lo ha reconocido como un viejo estafador que estaba en búsqueda y anula la detención y el embargo de los bienes de Orgón. La obra termina con alabanzas al rey y con la dicha de Mariana por poder casarse con Valerio.

Esta estructura externa se correspondería con la siguiente estructura interna:

• Planteamiento: Acto I

• Nudo: Actos II, III y IV

• Desenlace: Acto V

La crítica ha destacado el gran acierto de Molière de no hacer salir a escena a Tartufo hasta el acto III, creando así expectación y toma de postura al espectador, que escucha las opiniones encontradas de todos los personajes sobre él y asiste a la obsesión alienada que Orgón sufre por su causa. Siguiendo la Poética clásica, la obra de Molière plantea una única acción: la situación creada en la familia por la presencia de Tartufo en ella; un único espacio: la casa familiar y un tiempo acotado.


La obra usa elementos cómicos, con gran influencia de la farsa:

en algunos personajes como Dorina, la criada; Orgón; Madame Pernelle y M. Leal.

en algunas situaciones: los diálogos y peleas entre Dorina y Orgón y la escena en la que Orgón se esconde debajo de la mesa para escuchar cómo Tartufo hace proposiciones deshonestas a su esposa.

Pero, en otras escenas el espectador no siente ganas de reír, como en la que Orgón obliga a su hija a aceptar la boda y en la que expulsa a su hijo de su casa, desheredándole. Comicidad y crítica de un comportamiento socialmente peligroso; estos son los elementos con los que juega Molière.


Personajes

TARTUFO- desde el principio el espectador ve claramente su falsedad, pero asiste asombrado a la gran influencia que ejerce sobre Orgón y su madre, que llega a unos extremos llamativos. Es un personaje que representa un papel en la casa y que se ve descubierto por la atracción que siente y que no controla, por Elmira. Se muestra así su verdadera naturaleza: es un hombre sensual, amante de la comida, la bebida y las mujeres que sólo busca su propio provecho sin importarle ningún valor moral. En el momento oportuno, se quita su máscara y actúa con dureza contra la familia.

ORGÓN- gran burgués de París. Persona autoritaria, “pater familias”. Pero persona manejable que, bajo la influencia de Tartufo, se convierte en un ser obsesionado, sin criterio propio e intratable en su empeño por hacer valer sus decisiones, llegando a ser cruel y odioso con sus hijos. Carece de sentido común. Es un hombre exagerado, colérico y pasional y voluble, que de una primera posición de defensa a ultranza de las prácticas religiosas más austeras, pasa a despreciarlas por completo, sin diferenciar a los verdaderos cristianos de los falsos. Representaría todo lo contrario a los valores del racionalismo, mostrándose como un personaje de farsa y grotesco.

ELMIRA- segunda esposa de Orgón, mucho más joven que él. Se presenta como una mujer con criterio propio, sensata y moderada a la vez que resuelta y con capacidad para tomar decisiones y luchar por la defensa de su familia. Rechaza claramente la hipocresía tanto como las posiciones de víctimas en las mujeres.

DORINA- es la criada fiel a la familia. Mujer sencilla, práctica, dotada de sentido común y sensatez a la vez que de sentido del humor. Desde el primer momento ha visto la verdadera naturaleza de Tartufo. Se atreve a expresar sus opiniones y a pelear por ellas, provocando situaciones cómicas traídas de la farsa, como en las escenas IV del Acto I y la escena II del Acto II.

CLEANTO- hermano de Dorina, representa también el sentido común y la sensatez, especialmente cuando aconseja a Orgón que no cambia tan radicalmente de postura con respecto a las personas devotas sólo porque haya conocido a un personaje falso.

La obra está escrita íntegramente en prosa en su versión definitiva, lo que supone una apuesta por la naturalidad del lenguaje y una diferencia fundamental con el teatro español, únicamente escrito en verso; con el inglés, que mezclaba verso y prosa y con el propio teatro clásico francés, que utilizaba también el verso largo alejandrino.

Las acotaciones son muy sencillas y breves, funcionales; sirven para indicar fundamentalmente los movimientos de los personajes, dando el tono de farsa en algunas escenas. En cuanto a los diálogos, el autor busca en todo momento que cada personaje utilice un registro apropiado a su condición social, consiguiendo la verosimilitud. A través de ellos los personajes expresan su carácter y sus intenciones y el concepto que tienen unos y otros de Tartufo.

Como conclusión, la obra Tartufo es una de las más conocidas de Moliére. Obra polémica en su tiempo, es reconocida como una de sus más conseguidas comedias de caracteres por su retrato de un tipo social de su tiempo.